domingo, 25 de enero de 2009

¡QUE SUERTE HE TENIDO DE NACER!

Sí, qué suerte he tenido de nacer
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.

Qué suerte he tenido de nacer
para tener la opción de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.

Qué suerte he tenido de nacer
para entender que el honesto y el perverso
son dueños por igual del universo,
aunque tengan distinto parecer.

Qué suerte he tenido de nacer
para callar cuando habla el que más sabe,
aprender a escuchar, ésa es la clave
si se tiene intenciones de saber.

Qué suerte he tenido de nacer
y los digo sin falsos triunfalismos,
la victoria total, la de mí mismo,
se concreta en el ser y en el no ser.

Qué suerte he tenido de nacer
para cantarle a la gente y a la rosa
y al perro y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.



Qué suerte he tenido de nacer
para tener acceso a la fortuna
de ser río en lugar de ser laguna,
de ser lluvia en lugar de ver llover.

Qué suerte he tenido de nacer
para comer a conciencia la manzana
sin el miedo ancestral a la sotana
o a la venganza final de Lucifer.

ALBERTO CORTEZ

Sí, qué suerte he tenido de nacer.

Pero sé, bien que sé
que algún día también me moriré.
Y si ahora vivo contento con mi suerte,
sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte.
¿Cuál será en la agonía mi balance?
No lo sé, nunca estuve en ese trance.

Pero sé, bien que sé
que en el viaje final escucharé
el ambiguo teñir de las campanas
saludando mi adiós,
y otra mañana y otra voz como yo,
con otro acento, cantará a los cuatro vientos.

¡Qué suerte! ¡Qué suerte he tenido de nacer

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